CoComelon, una popular caricatura para niños puede actuar como una droga estimulante para los pequeños debido a las cualidades hiperactivas de sobreestimulación y el uso extremo del color (Educator Claims CoComelon is a drug).
"Este programa es altamente sobre estimulante y es muy probable que resulte en trastornos del comportamiento y de la atención. Actúa como un estimulante que le da al cerebro del niño un golpe de dopamina en cada escena", según la especialista en desarrollo infantil Jerrica Sannes. Sannes también cree que cuanto más ve un niño el programa, más espera su cerebro ese nivel de estimulación, lo que les hace imposible jugar creativamente sin entretenimiento.
Los riesgos para la salud de los niños también pueden ocurrir después de una exposición prolongada a CoComelon, lo que resulta en problemas neurológicos similares a los de aquellos con TDAH y autismo (Experts on CoComelon).
CoComelon es diferente a otros dibujos animados para niños debido al ritmo rápido, el bombardeo incesante de color, imágenes, actividad e instancias de niños pequeños con las cuales se pueden identificar, que mantienen a los niños pequeños enganchados (CoComelon plot summary).
Gabi Casais creía que su hija era adicta al programa porque "lloraba y gritaba" si Gabi Casais se negaba a encender el programa.
Elmer Bustillo, padrastro de Camila, se dio quinta que el comportamiento de Camila cambiaba cuando veía el programa.
Bustillo dijo, ella estaba haciendo berrinches, llorando y gritando cuando apagaban el programa.
"Ella reaccionaba llorando o repitiendo 'CoComelon', 'CoComelon, 'CoComelon'". Bustillo agregó: "[CoComelon] era todo de lo que hablaba. No había nada más que ella quisiera ver o escuchar aparte de CoComelon. Se embobaba mirando el programa; tenía que ponerme frente al televisor para romper su concentración en el programa".
El principal problema que estos padres tenían con el programa era que consumía la vida de su hija. El programa consumía tanto tiempo para su hija que cuando Camila lo miraba, Bustillo y Casais podían hacer más trabajo en casa que con cualquier otro programa.
"Podía poner CoComelon y fácilmente lavar la ropa y hacer la limpieza", dijo Casais.
Desde que Casais y Bustillo suspendieron CoComelon en su casa, el comportamiento de su hija Camila se normalizó, y ella no ha vuelto a tener esa reacción con ningún otro programa infantil.
Según KidSpot, una cita tomada de una madre en Reddit también describió la adicción a Cocomelon de su hijo. "Después de un par de meses, reconocí que se estaba agitando cada vez más cuando Coco no estaba encendida. Hacía berrinches que a veces implicaban golpearse la cabeza con el puño", compartió la madre. "En este punto, reduje el tiempo de Coco a solo unos minutos antes del desayuno (para poder cocinar y porque era lo primero que pedía cuando se despertaba). Mi bebé tiene cinco meses ahora, y hace aproximadamente un mes (después de que estaba durmiendo y era más capaz de interactuar con ambos), decidí que era hora de cortar a Coco. Ha sido un mes entero de CERO CoComelon en esta casa, y sus rabietas se han detenido. Si eso no es un signo de adicción, no sé qué es".
El programa se vio durante 33 mil millones de minutos el año pasado (2021), más que los éxitos de Netflix Squid Game y Bridgerton combinados, según la firma de medición de mercado Nielsen (Time). La popularidad del programa se debe a los colores brillantes que se encuentran en todo el mundo de CoComelon, sin conflictos dentro del programa, sin bordes afilados o esquinas, y cada escena se presenta desde el punto de vista de un niño pequeño, y los personajes son "indefectiblemente" amables entre sí. Estos aspectos del espectáculo lo hacen muy deseable para el público joven. Es colorido, identificable y limpio. El programa se adapta a su público objetivo a todos los niveles.
El efecto del programa no se limita a los niños; los padres a menudo se encuentran sentados junto a sus hijos, totalmente absorbidos por los colores del programa y la naturaleza no violenta y calmante.
"Un día encendí el programa para mi hijo y decidí verlo con él. Cuando finalmente me di cuenta de cuánto tiempo había visto el programa, habían pasado tres (3) horas", dijo Brie Garballi, madre de un niño de 3 años.
Otro aspecto para tener en cuenta es que el espectáculo puede ser perjudicial por otros motivos. La investigación indica que los niños necesitan contenido educativo de alta calidad, y no todos los programas tienen contenido educativo, y mucho menos de alta calidad. Para los niños menores de 2 años, el juego y la interacción social son esenciales para el desarrollo social, el lenguaje y el desarrollo físico, según el psicólogo infantil Daniel Marullo. Aunque Marullo también cree que el programa no es directamente dañino (CoComelon y Behavior).
"Lo que no es saludable es que el programa no agrega nada constructivo al cerebro de un niño en desarrollo. La caricatura presenta cómo alguien en ese grupo de edad debe actuar socialmente amablemente y comportarse en torno a las figuras parentales", dijo Marullo.
El programa mantiene la atención de los niños y a menudo conduce a un mal comportamiento si el programa no está disponible o los padres limitan la cantidad de tiempo que el niño puede ver el programa.
No hay una regulación nacional o internacional sobre este programa, y el programa se ha vuelto más popular recientemente. El programa salió en 2006 y se convirtió en el más visto repetidamente en los hogares hispanos, asiáticos y afroamericanos, superando fácilmente a otros títulos infantiles. Nielsen, una compañía global de medición de audiencia, publicó datos que muestran que CoComelon fue el segundo programa más transmitido en 2021 y solo tuvo nueve episodios disponibles para transmitir en Netflix. Pocos episodios indican que el programa tiene espectadores que ven los mismos episodios repetidamente.
René Rechtman, cofundador y CEO de Moonbug, dijo a Forbes. "A medida que los niños de todo el mundo buscan en CoComelon contenido relacionable, continuamos haciendo crecer el programa. Este es solo el comienzo del crecimiento global de la marca a medida que trabajamos para expandir la franquicia tanto dentro como fuera de la pantalla".
La popularidad del programa indica que los niños reaccionan al programa de manera diferente. El programa ha estado en marcha desde 2006, y hoy en día, no hay informes sobre los efectos a largo plazo del daño persistente causado por él, ya que sus primeros espectadores ahora tienen 16 años.
By Alex Fernandez
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